La muerte vino de abajo (Hermano Pablo)





LA MUERTE VINO DE ABAJO

por el Hermano Pablo

Los seis jóvenes subieron al auto, alegres, despreocupados, chispeantes, divertidos. Eran tres parejas de novios que celebraban su graduación.

Subieron al auto y emprendieron una loca carrera por los caminos del sur de Francia. Pero había demasiado alcohol en el cerebro del conductor.

En una curva del camino el auto se salió de la vía. Cayó en una acequia de tres metros de profundidad que estaba llena de agua. El auto quedó encajonado en la acequia y les fue imposible abrir las puertas. El agua comenzó a subir, y lentamente los cubrió a todos. Esos últimos momentos fueron de horror. Los golpes sufridos por el accidente, junto con la asfixia, cobraron seis vidas jóvenes al mismo tiempo.

Los titulares de los periódicos anunciaron: «Un auto lleno de jóvenes cae en una acequia y se hunde en el agua. Fue imposible para los jóvenes abrir las puertas.»

¿A qué podemos atribuir estas muertes? ¿A la insensatez juvenil? ¿A la necedad de manejar a ciento sesenta kilómetros por hora en estado de embriaguez? ¿A la fatalidad cruel y despiadada? ¿Al castigo de Dios? Muchas conjeturas se pueden hacer sin llegar a nada, pero una cosa sí es cierta. La muerte de esos seis jóvenes, tres parejas brillantes, simboliza la sociedad actual, que se halla encajonada como el auto en la acequia.

Podemos usar varias metáforas para describir la situación de nuestra sociedad. Podemos hablar de un «callejón sin salida», o de una «vía muerta» o de un «torrente irreversible». Pero siempre estaremos describiendo la misma situación: una sociedad rumbo a la destrucción inexorable. La destrucción de la familia es la prueba más evidente de ello.

¿Qué podemos hacer? El primero de los doce pasos del grupo «Alcohólicos Anónimos» dice: «Reconocemos que somos incapaces de vencer nuestro alcoholismo.» Mientras nos creemos capaces de resolver solos nuestros fracasos, nunca saldremos del infortunio. El segundo de los pasos dice así: «Sólo un poder superior al nuestro podrá cambiar nuestra condición.»

Puede leerlo completamente, verlo de nuevo en video como si fuera por TV, escucharlo como si fuera por radio, incluso imprimir este mensaje y muchísimos otros más desde marzo del 2004 hasta hoy, en: www.conciencia.net

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