Los tres Jordán - Dante Gebel



Naamán fue a ver al ungido para que lo sanara de la lepra, sin imaginar que tendría que moldear su carácter antes de zambullirse en el Jordán y ser sanado. No todo es fácil cuando te encuentras frente a la unción. Probablemente tendrás que enfrentar situaciones que te llenarán de frustración al no cumplirse tus expectativas; momentos que te obligarán a tomar decisiones que pondrán en conflicto tus convicciones más profundas. Cuando aceptas la unción, vivirás con la presión de servir al Señor y hacer las cosas bien todos los días de tu vida porque es tu obligación moral, espiritual, ministerial y personal. ¿Estás dispuesto a pagar el precio del aceite de la unción?

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