Honra u orfandad - Dante Gebel



Cuando el espíritu de orfandad vive en nosotros, nos sentimos solos aunque estemos rodeados de gente y pertenezcamos a una iglesia; nos sentimos huérfanos porque pensamos que no necesitamos de nadie para ganar las batallas de la vida. Pero La Biblia dice: “… el que me honra a Mi, honra al que me envió, el que honra a un profeta, recompensa de profeta va a tener, el que honra a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo va a recibir…” El principio de la honra es lo que llevó a David a ser padre de naciones y salmista inigualable; el honrar a Labán -a pesar de sus maltratos y traiciones-, permitió a Jacob vivir bajo cobertura espiritual. Debemos reconocer y honrar al Espíritu Santo, a los siervos de Dios, a la iglesia, a nuestros padres, a nuestros semejantes, porque al honrarlos el sentimiento de orfandad se irá de nuestro corazón y seremos tierra fértil para Su gloria.

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