Siete mil raros y pocos - Dante Gebel - Catedral de Cristal



Los templos en honor a Baal estaban repletos de gente en los tiempos de Elías, pero ninguno de los adoradores del dios de la prosperidad fue ungido por el Señor. Él escogió a los raros; precisamente a aquellos cuyas rodillas no se doblaban ante dioses de bronce; a aquellos con hambre insaciable del Espíritu Santo, que sólo buscaban agradarle a Él y que no se conformaban con escuchar un Evangelio barato. Si tú quieres ser de este grupo escogido, preocúpate por orar, por llevar en tu corazón la carga por los perdidos, por vivir cada día en verdadera adoración a Dios... y Él sabrá donde encontrarte.

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