En la gramática de Dios nunca debes poner una coma donde Él pone un punto final; y nunca debes poner un punto final donde Él pone una coma. Aún la muerte de Lázaro no fue un punto final, pues el Señor lo volvió a la vida cuatro días después de sepultado. Así que si ves que las cosas se van poniendo de mal en peor en tu vida, no maldigas; quizás Dios esté probando tu capacidad de mayordomía, tu fe de resurrección. Hay sueños que tienen que pasar por la tumba para que el Señor se lleve la gloria y la resurrección. Un mensaje inolvidable.
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